Grandes afirmaciones requieren grandes evidencias.

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Si un individuo afirma que en el polo norte hay ahora mismo una persona pescando con un sombrero de copa, la afirmación tiene tan poca relevancia para la realidad que nos rodea, que sin comprobarlo es muy difícil averiguar realmente si ésto es cierto o no. Sin embargo, cuando la afirmación es grande,
implica cambios en la realidad, estos cambios por tanto deben evidenciarse de forma clara y proporcional al nivel de la afirmación.

El individuo
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Tomando la afirmación de que estuviésemos siendo invadidos por una raza extraterrestre y estuviesen llevándose a las personas a escala planetaria, la afirmación tiene repercusiones tan importantes que las evidencias deberían ser percibidas por la mayor parte de la población. Si ésto no fuese cierto el individuo que nos cuenta este apocalipsis podría ser sometido a ciertas preguntas, para las cuales siempre hay una respuesta evasiva que se sitúe fuera de nuestras limitadas capacidades.

Pregunta: ¿Por qué no los vemos?
Respuesta: Utilizan tecnología que los hace invisibles.
Pregunta: ¿Podemos utilizar radares, armamento, explosiones u otros sistemas para dar con ellos?
Respuesta: Es imposible, su tecnología les permite evadir nuestros sistemas bélicos y de detección.
Pregunta: ¿Cómo es que nadie se ha percatado de que nos secuestran?
Respuesta: Borran la memoria de la gente y ni siquiera se acuerdan de las personas con las que conviven.
Pregunta: ¿Cómo sabes tú ésto?
Respuesta: Se comunican conmigo telepáticamente.

El diagnóstico para un individuo así es de estafador cuando tiene algo que ganar y de enfermo mental para el resto de los casos.

El colectivo
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Afirmar la existencia de Dios tiene enormes repercusiones en todo cuanto nos rodea, pues es el creador de todo.

Pregunta: ¿Por qué no vemos a Dios?
Respuesta: Él no tiene un cuerpo físico.
Pregunta: ¿Podemos establecer contacto con él de alguna forma? parece que nos rehuye.
Respuesta: No, él prefiere mantener su presencia ajena al ser humano para que éste actúe según su conciencia.
Pregunta: ¿Cómo podemos saber que ésto es cierto?
Respuesta: Todo está escrito en la biblia.
Pregunta: Pero la biblia la han escrito personas, podrían mentir o simplemente escribir creencias populares sin fundamento.
Respuesta: La biblia es la verdad y fue inspirada por Dios.

La cantidad de preguntas a realizar es casi infinita, y por ende las respuestas evasivas.
Ante la situación de que una persona sin ninguna evidencia, no sólo pretenda afirmar un determinado hecho, sino que constantemente busque explicaciones para mantener su creencia particular, es un claro indicativo de que su capacidad de raciocinio está mermada o no llega a funcionar correctamente, ya que ésta, opera justamente al revés de como debería hacerlo. La forma ordenada de pensamiento es adquirir evidencias para después formular o afirmar posibles teorías. Sin embargo, afirmar primero las teorías sin tener evidencias, obedece a la necesidad de satisfacer un deseo capaz de corromper el funcionamiento normal de la mente.

Entendiendo que la mayor parte de la población admite tener algún tipo de creencia, al margen de las formalizadas por las distintas religiones ("No creo en la iglesia, pero creo que tiene que haber un Dios") se deduce que la especie humana toma el atajo de afirmar teorías sin pasar por las evidencias.

¿Es por tanto la humanidad una especie desequilibrada?
¿El desorden mental, al ser generalizado y normalizado deja por tanto de serlo?


Conflicto de intereses.
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Una de las preguntas recurrentes acerca del porqué las creencias exotéricas o religiosas, son aceptadas sin pruebas y otros casos como los contratos comerciales no lo son, puede explicarse mediante un conflicto de intereses entre beneficios y perdidas en caso de acertar o equivocarse ante la incertidumbre.

Nadie acepta de buena fe o confianza ciega la compra de una casa o cualquier otro bien sin un contrato de compraventa que certifique la propiedad de la compra, ya que en caso de equívoco y no haber realizado dicho contrato, el propietario legal podría arrebatar el bien en un acto injusto e inmoral, por lo que las posibles perdidas no compensan la confianza ciega.

Sin embargo cuando se trata de creencias la situación se invierte totalmente, creer en la existencia de otra vida después de ésta, no supone ningún perjuicio en caso de equivocarse, no hay perdida, es una donación gratuita y sin coste para el creyente, por lo que tiene todas las garantías de ser aceptada sin someterla a juicio o incluso anulando éste cuando entre en conflicto.

Al final, el funcionamiento de la razón se ve influenciado y reducido al beneficio obtenido y no a la coherencia de las ideas.


Valoración de las creencias por encima de todo y portavoces de Dios.
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La valoración de una determinada creencia será mayor cuanto mayores sean los regalos o beneficios obtenidos al aceptar la creencia. Ésto permite que la creencia se sitúe con frecuencia por encima de valores personales de los individuos, haciéndolos sensibles a ser manipulados por quienes se
autoproclaman portavoces de Dios en la tierra, éstos a menudo ejercen su poder de manipulación movilizando a las masas creyentes contra aquellos que no comulguen con sus ideas, colectivos generalmente con menos poder o simplemente minoritarios, sean mujeres, etnias, discriminaciones sexuales, todas las creencias diferentes, etc...



* Esta reflexión ni entra ni le interesa la posible existencia o inexistencia de Dios o cualquier otra creencia, denota la normalización de un comportamiento irracional vinculado a nuestra especie y trata de explicarlo.